5 de agosto de 2019
¿Quieres tener árboles frutales en macetas? No hay nada como poder coger el fruto del árbol y comérselo allí mismo, ¿verdad? De hecho, hay quien dice que no sabe igual si optas por degustar su sabor dentro del hogar. Es cierto, puede sonar un tanto extraño, pero la realidad es que cuando estás rodeado/a de plantas, parece como si todo se viera mucho mejor, y como consecuencia, el sentido del gusto se nos tornara un poco más sensible. Lo más interesante es que, aunque no tengas jardín, puedes igualmente cultivar árboles frutales en macetas. No es difícil mantenerlos siempre en un recipientes. Así que si tú también quieres saber cómo sabe la naturaleza, sigue estos consejos. Hace ya varios siglos que se cultivan frutales en maceta, tanto es así que, mientras que en Japón se perfeccionaba la técnica del Bonsái, los europeos tenían frutales plantados en tiestos decorando patios, terrazas, e incluso jardines. Se podría pensar que gracias a ello ahora sabemos cuándo y cómo hay que podar, puesto que una de las tareas más importantes que hay que hacer cuando se mantiene un planta arbórea en un tiesto es precisamente la poda, ya que de lo contrario acabaríamos perdiéndola. ¿Qué cuidados requieren los árboles frutales en macetas? Si bien no son muy distintos a los que les daríamos si estuviesen en tierra, sí hay que tener en cuenta una serie de cosas para que no tengan ningún problema. Para conseguir unos ejemplares sanos y garantizarte así una excelente cosecha, has de cuidarlos respetando los ciclos naturales que tiene cada árbol. Riego El riego es muy importante para todas las plantas, ya que es gracias al agua que sus raíces pueden absorber los nutrientes de la tierra. Dependiendo de la climatología del lugar, regaremos más o menos frecuentemente. Generalmente, se regará 2-3 veces por semana en verano, y 1 o 2 el resto del año. Los frutales temen el encharcamiento, por ello es necesario que comprobemos la humedad de la tierra antes de regar. Así, introduciremos un palo delgado de madera hasta el fondo y luego lo extraeremos para ver cuánto sustrato se ha adherido a él: si es mucho, no será necesario regar; en cambio, si sale casi limpio entonces habrá que regar. El agua con la que reguemos tiene que ser sin cal. La más recomendada es la de lluvia, pero no todos podemos almacenar la cantidad suficiente para nuestras plantas, pero eso no supone un problema. En realidad, será suficiente con llenar un cubo con agua del grifo y dejarla reposar durante una noche para que los metales pesados se queden en el fondo del mismo. Al día siguiente, ya tendremos agua para nuestros frutales. Otra opción es regar con agua mineral, es decir, aquella que nosotros bebemos, o acidificada. Para conseguir esta última tienes que echar el líquido de medio limón a una botella de 1l llena de agua. De esta manera, además, evitarás que el frutal tenga falta de hierro. Ubicación ¿Dónde poner los frutales en maceta? Muy fácil: en una zona donde reciban la luz solar a ser posible todo el día. Necesitan sentir el sol para poder crecer sanos y fuertes, y también para que sus frutos maduren correctamente. Ahora bien, hay algunos que se adaptan bien en lugares con semisombra, como los limoneros o los naranjos, siempre que estén ubicados en una zona muy luminosa. No podemos olvidarnos del viento. Aunque van a estar en maceta, el viento sigue siendo uno de los principales problemas que tiene el/la jardinero/a. Si sopla flojo no pasa nada, pero si sopla con mucha intensidad y durante muchos días seguidos… hay que tenerlo muy en cuenta a la hora de cultivar frutales, ya que si bien no les hará daño, sí que podrían tirarlos al suelo, romperles algunas ramas, o haciendo peligrar la cosecha. Una manera de protegerlos es poniéndoles uno o dos tutores, y colocarlos donde el viento no les dé directamente, por ejemplo, detrás de un seto alto del jardín. Sustrato Las plantas necesitan un suelo donde poder crecer y desarrollarse. Cuando se trata de cultivarlas en maceta es imprescindible escoger un buen sustrato, como 60% turba negra + 30% perlita + 10% humus de lombriz. Para mejorar aún más el drenaje, pon antes de nada una capa de greda volcánica. Así, las raíces estarán siempre aireadas, logrando que el agua que han absorbido llegue al tronco y posteriormente a las hojas. Los árboles frutales en macetas, además, necesitan poder disponer de todos los nutrientes y minerales posibles. Sólo así nos aseguraremos poder saborear unas frutas deliciosas. Debido a ello, hay que usar siempre sustrato nuevo e ir cambiándoselos en cada trasplante. Abono Ya tenemos un sustrato fértil y poroso, pero aún podemos hacer algo más para que nuestros frutales no tengan que preocuparse por nada: abonarlos. Ya que estamos hablando de plantas cuyos frutos van a estar destinados para consumo humano, es muy aconsejable que usemos abonos naturales, que pueden ser comprados en viveros y/o en tiendas agrícolas, o hechos en casa. Humus de lombriz, estiércol, guano, cáscaras de huevo, compost… hay infinidad de cosas que sirven como abono. Pero eso sí, si decides y los abonas con guano, debes seguir las indicaciones que especifique el envase, ya que es el único abono natural capaz de perjudicar a las plantas si nos excedemos con la dosis; por otra parte, es el que tiene efecto más rápido. Trasplante Con el tiempo, las raíces se quedan sin espacio y el sustrato se queda sin sus nutrientes, por lo que es conveniente trasplantar los árboles frutales enanos cada 2-3 años, dependiendo de la especie y de su ritmo de crecimiento. Si no sabes cómo hacerlo, toma nota: Hacia finales de invierno o comienzos de primavera, extráelo de la maceta, con cuidado de que no se desmorone el cepellón. Si te cuesta, dale algunos golpecitos a diferentes lados de la misma. A continuación, debes recortar como máximo 1/3 del cepellón con unas tijeras podadoras o un serrucho previamente desinfectados con alcohol de farmacia. Poda también la raíz pivotante (se distingue de las demás por ser la más gruesa y larga de todas), ya que a medida que se va desarrollando, hace que el árbol pueda ir saliéndose de la maceta; así que si se la cortamos, evitamos tener problemas en un futuro. Después, rellena la maceta con un sustrato nuevo, más o menos hasta a mitad. Pon el árbol justo en el centro, y echa más sustrato terminando de rellenar la maceta. Finalmente, sólo quedará darle un riego generoso añadiendo unas gotas de Benerva (de venta en farmacias) para que el sistema radicular se recupere lo antes posible de la poda. Pero, esto no es todo. Hemos estado trabajando con sus raíces, pero ahora toca hacer lo mismo con las ramas, así tendremos una planta perfectamente equilibrada. Pero, ¿cómo se poda? Así: Corta todas aquellas ramas que se entrecrucen o se vean enfermas y/o débiles. Recorta las que hayan crecido en exceso, deteriorando el aspecto del árbol. Las demás, hay que recortarlas dejando crecer 4-8 pares de hojas, y quitando 2-4. ¿Cómo evitar y/o combatir las plagas y enfermedades? Los árboles frutales pueden verse atacados por plagas y contraer enfermedades. La mejor manera de evitarlas es manteniendo la planta bien cuidada y abonada, pues es prácticamente imposible que de un día para otro se debiliten sin motivo. Pero a veces fallamos en algo, y el sistema de defensas del árbol empieza a tener dificultades para mantenerla saludable. Así, todo tipo de insectos y hongos pueden comenzar a dañarlos. Enfermedades Las enfermedades más comunes son la roya y el oidio. Ambas se pueden combatir con éxito con fungicidas naturales, como el azufre o el cobre, si el ejemplar no está muy afectado. Pero habrá que recurrir a los químicos si el debilitamiento de la planta es notable. Plagas A los insectos que causan las plagas les encanta el ambiente seco y cálido, por lo que es habitual que las plantas tengan que enfrentarse a ellas durante la primavera y el verano. Las más comunes son la cochinilla, la araña roja, la mosca blanca y el pulgón. Pese a que pueda parecer lo contrario, se solucionan fácilmente -aunque con tiempo- utilizando insecticidas naturales y caseros. Hay muchos que podemos hacer, sin apenas gastarnos dinero. Por ejemplo: infusiones de ajo, piel de cebolla u ortiga, o hacer un preparado con polvo de hornear, el cual se prepara de añadiendo una cucharada de polvo y otra de ralladura de jabón blanco a 1l de agua. Aún así, si ves que pasa el tiempo y la plaga va avanzando rápido, haciendo que la planta se vea cada vez peor, es conveniente plantearse el uso de insecticidas químicos específicos. Si te ves en esta situación, sigue las recomendaciones que indique el envase, y en el caso de que el árbol tenga frutos, no los cojas hasta que no haya finalizado el plazo de seguridad (suelen ser unos 30 días desde la aplicación del producto hasta que finalmente se pueden cosechar). Así que ya sabes, si quieres poder disfrutar de árboles frutales enanos en tu patio, con estos consejos lo lograrás. Cuéntanos tu experiencia en nuestras redes sociales.